Introducción

La experiencia con mis sobrinas me ha enseñado mucho. A pesar de ser tan pequeñas, cinco y dos años, pude comprobar este verano la importancia que para ellas tienen los vestidos.

Me quedé admirado, por ejemplo, de la emoción que sentía la mayor al vestirse de princesa. Su ilusión era tal que quiso dormir con el vestido puesto, como si el quitárselo hiciera desaparecer la magia de ser princesa. Para ella, a pesar de su corta edad, el vestido y el ser princesa era lo mismo, había una identificación total. Vestirse de princesa era transformarse en ese personaje. El vestido le abría la puerta a un mundo mágico pero también real donde se sentía la protagonista.

Por otro lado, la más pequeña de poco más de dos años, una mañana comenzó a quejarse, ligeramente al incio, de modo más intenso después, porque estaba empeñada en ponerse el vestido que le gustaba, y no el que mi hermana tenía listo para ella. Pensaba yo en mi inocencia, cómo es posible que una niña tan pequeña pueda saber qué vestido le gusta y cuál no.

Así, descubrí algo de ese mundo mágico de las mujeres donde el vestido es más que una prenda. Los vestidos son como una ventana a sus fantasías y sueños hasta el punto que pueden llegar a identificarse con ellos.

Por otro lado, en medio de otros proyectos, un día me vino la idea de escribir algunas reflexiones sobre el corazón de la mujer. Un corazón que para todos los seres humanos aparece como el centro de nuestras vidas: el primer contacto con el mundo pasa por el corazón de una mujer, nuestra madre. Conocemos sus latidos, sus ritmos, sus preocupaciones e ilusiones.

Por eso, este proyecto es un homenaje a esos corazones que nos han enseñado a amar desde el inicio de nuestra existencia.

Así, uniendo estas dos experiencias, se me ocurrió escribir una colección de reflexiones sobre el corazón de la mujer visto a través de distintos vestidos. Unas reflexiones con la perspectiva de Dios, y de cómo Él ama, busca y desea la felicidad del corazón de toda mujer.

Los vestidos que presentaré en cada meditación son los regalos que Dios quiere hacerle a toda mujer, ampliando su vestuario tantas veces limitado por el mundo y sus exigencias.

Son vestidos espirituales y simbólicos, por ejemplo: vestido de sol, de confianza, de originalidad, de tu historia, de fantasía, de silencio, etc… vestidos que dignifican y enaltecen el corazón de la mujer.

Estos vestidos se convierten en don de Dios pero también en tarea. Requieren humildad para aceptarlos, vestirlos y combinarlos con todo lo que ya hay en su corazón.

Los capítulos seguirán esta estructura:

Se presentará cada vestido junto con una cita de la Biblia que ilumina el sentido y la función de ese vestido en el corazón y en la vida de la mujer.

Seguirá una reflexión directa al corazón de la mujer donde se presenta su realidad y el regalo que Dios le quiere hacer a través del vestido.

A continuación ofreceré una cita para que durante la semana pueda darle vueltas en el corazón y trabajar en el siguiente punto:  la tarea para la semana, que tiene la función de profundizar en las ideas expuestas y crear un diario propio del corazón.

Les invito también a sacar algún propósito concreto para su vida, pues el amor de Dios expresado en cada vestido no les puede dejar indiferente.

Por último, ofreceré una oración tomada de alguno de mis dos libros: “Sal de tu Cielo” y “Jesús a mi alma”, los cuales ya están en la venta en Amazon.

Si alguien deseas enviarme tus comentarios puedes hacerlo a saldetucielo@gmail.com